Cuando hablamos de cultura, aludimos a la totalidad de los ideales humanísticos y de los valores espirituales y materiales que ha efectuado y efectúa la sociedad en las múltiples y complejas fases de su despliegue témporo-espacial. De la misma manera, al conjunto de formas de pensar y de vivir que caracteriza a una época determinada:
- Los géneros de vida, modos, usos y costumbres.
- Las formas de gobierno, modalidades e instituciones.
- Las creaciones estéticas (literarias), y artísticas (música, danza, arquitectura, pintura, teatro, cine).
- Las creaciones científicas, técnicas, artesanales.
- La reflexión filosófica, la educación y la enseñanza.
- La simbología, la mitología, las creencias.
- Las comunicaciones y la opinión pública.
Podríamos señalar, en fin, que la sociedad constituye en sí misma una verdadera manifestación cultural, y que, como tal, para algunos pensadores surgiría en un grado más avanzado de desenvolvimiento.
Ahora bien, en principio, la cultura no representa exclusivamente la producción de objetos; sea en el arte, la ciencia, la religión, la política. De modo fundamental, admitimos que la cultura es el cultivo del ser humano, constituyendo un innegable fenómeno exclusivo de nuestro género.
Cultura, deviene del latín CULTUM, CULTUS del verbo COLO- =cultivo, cuidado, práctica, honor; e igualmente de CULTIO - ONIS = cultivar, cultivado, cultivo; saber. El sentido original de la voz cultura alude al alimento, nutrimento, sustento del cuerpo y del espíritu, del alma, de la inteligencia, de la mente. Asimismo, a la educación como formación integral de la persona humana, a los modos de vivir, y, esencialmente, al culto.
En tal sentido se afirma que los valores de la comunidad, emanan del orbe cultural. En fin, que no hay proyecto educativo sin un franco registro cultural de la comunidad organizada.
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