"...La mayoría de las gaviotas no se molesta en aprender sino las normas de vuelo más elementales: como ir y volver entre playa y comida. Para la mayoría de las gaviotas, no es volar lo que importa, sino comer. Para esta gaviota, sin embargo, no era comer lo que le importaba, sino volar. Más que nada en el mundo, Juan Salvador Gaviota amaba volar..." Para leer el libro completo, haz clic aquí

domingo, 1 de agosto de 2010

Un avión experimental voló 26 horas con energía solar


Tras siete años de intenso trabajo Bertrand Piccard -quien hace 10 años dió la vuelta al mundo en globo-logró mantenerse suspendido en el cielo suizo durante 26,9 horas en un avión alimentado a energía solar.

En este nuevo desafío de Bertrand Piccard, fue acompañado por el piloto André Borschberg. Ambos, y los diseñadores de la empresa Solar Impulse, se propusieron demostrar que es posible mantener un avión en vuelo indefinidamente. ¿Cómo? Mientras los paneles solares recargan las baterías durante el día y alimentan el motor durante la noche con la energía almacenada.


Por eso, para Piccard, hijo y nieto de inventores y exploradores, esta hazaña abre la puerta a los vuelos "perpetuos". Aunque los responsables de la aeronave bautizada HB-SIB se apuraron ayer a comunicar que el objetivo no es reemplazar los aviones a reacción, sino simplemente demostrar el potencial que tiene la tecnología limpia y las energías renovables. En este caso, la del Sol.

"Fue increíble. Un éxito mejor que el que habíamos previsto. Casi pensamos en hacerlo más largo, pero demostramos lo que nos habíamos propuesto, así que me hicieron volver y aquí estoy", dijo Borschberg exultante a la agencia Reuters.

  El Vuelo se realizó el pasado 8 de julio, en el cantón suizo de Vaud. Más de cien personas aguardaron el aterrizaje. Habían quedado atrás las 26,9 horas de vuelo a unos 40 km/h en dos etapas de once horas: primero a 8564 metros de altura y, después, a 1500 metros para iniciar un descenso suave durante la salida del sol al oeste de Suiza.

El prototipo, construido en fibra de carbono y con un valor es de 95 millones de dólares, y las 12.000 células fotovoltaicas de silicio monocristalino de 145 micrones de grosor alimentan cuatro motores de 10 caballos de fuerza, junto con una batería de litio cada uno, debajo de las alas de 63 metros.

Eso sí: una limitación para la vuelta al mundo prevista para 2012 es el tamaño de la cabina, de 1,3 metros cúbicos, aunque el asiento del piloto lleva incorporado un inodoro. 

"Fui piloto [de la Fuerza Aérea suiza] durante 40 años, pero este vuelo fue el más increíble de toda mi carrera. Sentado allí, como único tripulante, mientras veía que el nivel de la batería subía y subía gracias al sol. Pude volar más de 26 horas sin usar una sola gota de combustible y sin contaminar el ambiente", declaró Borschberg al salir del avión, según informó ayer Solar Impulse ( www.solarimpulse.com ). 

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