"...La mayoría de las gaviotas no se molesta en aprender sino las normas de vuelo más elementales: como ir y volver entre playa y comida. Para la mayoría de las gaviotas, no es volar lo que importa, sino comer. Para esta gaviota, sin embargo, no era comer lo que le importaba, sino volar. Más que nada en el mundo, Juan Salvador Gaviota amaba volar..." Para leer el libro completo, haz clic aquí

domingo, 5 de diciembre de 2010

Reflexión Sobre la Alimentación Sana

En las frutas y semillas se concentran todos los dones y energías de la Naturaleza. Desde que se abre la flor del árbol los azahares, nos atraen y embelesan con su incomparable perfume. Con la flor, delicada, alegre y risueña, empieza el árbol, que para misión tan noble como alimentar al rey de la creación se ha preparado durante años en lento desarrollo, a elaborar las sustancias privilegiadas que en sus entrañas guarda la madre tierra. Junto con caer los primeros pétalos de la flor empieza a desarrollarse el fruto en un proceso tan prolijo y lento que sólo puede compararse a la gestación del hombre en el vientre materno: nueve meses han demorado las naranjas para gestarse y ofrecerse al hombre como alimento digno de su linaje en la creación.

¿Qué puede necesitar el organismo humano que no contengan las frutas y las semillas, productos en que la Naturaleza ha puesto todas sus galas y y concentrado toda su savia y acumulado todas sus energías?

Fuente: Medicina Natural al Alcance de Todos, de Manuel Lezaeta Acharan.

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