"...La mayoría de las gaviotas no se molesta en aprender sino las normas de vuelo más elementales: como ir y volver entre playa y comida. Para la mayoría de las gaviotas, no es volar lo que importa, sino comer. Para esta gaviota, sin embargo, no era comer lo que le importaba, sino volar. Más que nada en el mundo, Juan Salvador Gaviota amaba volar..." Para leer el libro completo, haz clic aquí

domingo, 5 de diciembre de 2010

Vuelta a la Naturaleza ¿Para Qué?

El hombre se creó sus problemas económicos cuando se separó de su madre Naturaleza; y el hombre se separó de la Naturaleza cuando se creó la vida urbana, y en la vida urbana se formó el hombre una vida artificiosa, y en la vida artificiosa de la vida urbana está el hombre lleno de los problemas que él mismo se creó.

Al hombre le sucede lo mismo que le sucede al polluelo que se separa de la gallina; si el polluelo tiene frío, que busque a su madre que ella lo abriga con sus alas y le cede su calor; si tiene hambre, que busque a la gallina, que ella lo alimentará: ella escarbando la tierra consigue alimentarlo.

Ningún partido político ni el mejor gobierno organizado es capaz de hacer por el polluelo lo que hace su madre la gallina, sólo ella es capaz de solucionar ese duro y grave problema escarbándoles la tierra: sólo la madre sabe quitarle el hambre a sus hijos.

Ningún líder político por inteligente que sea, y por grande que sea su doctrina política, podrá hacer jamás lo que es capaz de hacer la madre por su hijo, por el fruto de su amor. Es que sólo la madre conoce y entiende las íntimas necesidades de su hijo, sólo la madre puede abrigarlo con su calor y alimentarlo con su pecho, porque ella es la Naturaleza en miniatura.

El hombre se alejó de su madre la Naturaleza, cuando se aisló dentro de la vida urbana: entonces el hombre conoció el hambre y la desnudez, surgieron los problemas, y se corrompió moralmente, porque quedó huérfano. Si el hombre quiere solucionar sus problemas económicos, tiene que regresar al seno de su madre, la Naturaleza, ella siempre aguarda a sus hijos de sus entrañas, como la gallina a sus polluelos.

Ella le da al Hombre la lana y el lino para que se vista, el fuego para que se abrigue y las maderas de sus bosques para que construya su casa, su refugio. A sí que mientras el hombre acuda a la vida urbana para solucionar sus problemas estará haciendo todo lo contrario para redimirse de ellos.

El hombre que teniendo hambre, sed y desnudez, acude a la vida urbana para solventar sus necesidades, se asemeja al que va a buscar alimentos en medio de las arenas del desierto. El alimento se busca en donde, se puede producir: en los campos, en los bosques, no en la ciudad, porque en la ciudad no se produce agricultura: allí solo pueden estar los que producen dinero, y el dinero hace que los hombres, cuáaes fieras, se devoren mutuamente.(...)

Ni el comunismo, ni el fascismo, ni el nazismo, ni el laborismo, ni el socialismo podrán darle al hombre el pecho de su madre porque sólo la madre puede darle el pecho a sus hijos y quitarles el hambre y el frío.

No hay motivos para, que las gentes mueran de hambre porque la tierra da abundantes frutos para alimentar a todos los seres que en ella moran. Los animales que mueren de hambre es porque el hombre los ha encerrado en terrenos y lugares donde no encuentran alimentos, igual sucede con los hombres que se encierran dentro de la vida urbana. La solución económica del mundo no consiste en darle más dinero al mundo, porque con el que tiene ya tiene suficientes problemas.

Lo que necesita cada hombre para vivir es una casita y un pedazo de tierra para cultivar sus alimentos, y nuestra madre la Naturaleza, proveerá lo demás; para hacer esto no se necesita inventar más partidos políticos. Los partidos son como muletas para la humanidad inválida.

Acudimos siempre a la Naturaleza poniéndola de ejemplo para toda enseñanza, porque ella es un libro abierto, y sus enseñanzas nos las ofrece con ejemplos vívidos, con hechos realizados, lo cual nos da experiencia y la experiencia es la mejor enseñanza, una cosa se conoce es cuando se realiza: si no se ejecuta, sólo es para nosotros una teoría. Por ello tratamos de reincorporar en las costumbres sociales las enseñanzas que nos da la madre Naturaleza, tratando de hacer discernir a las gentes para buscar lo que le es más conveniente.

Por ello presentamos ejemplos como los siguientes: La mujer del campo cría a su hijo, ella lo alimenta con su pecho porque en ella manda más su amor que su interés y este alimento se lo brinda cada vez que su hijo lo demanda y su afecto le indica cuándo lo desea y cuándo no lo desea, sin tener en cuenta hora, minuto o segundo, porque no tiene reloj ni lo conoce, ni lo necesita; en cambio a la madre costumbrista de la ciudad no la martiriza el llanto de su hijo, parece que tuviera el corazón de piedra y al pié de la letra espera que transcurran las cuatro horas martirizantes que indican todos los textos de crianza para ofrecerle el alimento.

La madre del campo duerme con su hijo indispensablemente, ella lo defiende con su calor, e intuitivamente hace que su hijo siga alimentándose con los colores de su aura, o sea de la fuerza radiante que a manera de aureola sale del cuerpo humano y sobretodo de la madre, que es todo amor y ternura para con su hijo.

Esta fuerza vital es indispensable para que se restablezca una íntima y estrecha conexión externa e interna entre madre e hijo; en cambio a la dama de la ciudad desde el mismo momento en que nace su hijo, se le exige que lo ponga en cama aparte, además que no reciba el calor de su madre, para que no la mortifique, haciendo con esto todo lo contrario de lo que hace la madre Naturaleza, cuando le permite al feto, no sólo alimentarse de la misma sangre de su madre sino vivir en medio de su calor y regazo.

Todo esto da lugar a que exista más comprensión y mayor unión entre madre e hijo entre las gentes del campo y la aldea, que entre las gentes de finas costumbres civilizadas; y hace quéeel primero se arraigue más a su madre y a su hogar, que el hijo que se cría con tantos códigos, reglas y sistemas antinaturales lo cual los desnaturaliza.(...)

Cuando nosotros hablamos de reincorporar al hombre a la vida natural, al seno de su madre la Naturaleza, lo primero que surge entre los lectores, son los defensores de la vida urbana, porque no conocen otra vida, el primer interrogante que de ellos surge es: creer que nosotros abogamos por el salvajismo de las cavernas y de la edad de piedra, a ellos les contestaremos con el axioma oculto: (gnóstico) "El fin es igual al principio más la experiencia del ciclo" aquí también, la primera idea que surge en el lector y el oyente, es la figura del "círculo vicioso" (salir del salvajismo para volver al salvajismo) y esto porque la mayoría de los lectores no nos leen con ánimo de aprender sino de criticar, pero al círculo a que nosotros aludimos, "se realiza en forma de espiral"; es decir, "Que todo regresa al punto de partida, pero con los frutos de las experiencias milenarias, lo cual significa regresar al comienzo, pero con una cultura superior a la que sirvió de fundamento para el espiral de la vida"; aquellos fueron los cimientos seculares de nuestra espiritualidad triunfante y victoriosa.(...)


Escrito por Julio M. Vizcaíno en "La Revolución de Bel", de V.M. Samael Aun Weor. (Extracto)

1 comentario:

Roman86 dijo...

http://revlution2012.blogspot.com/ ;)